En Kiribiltxo, el alumnio de colores adquiere un especial cometido al convertirse en llamativas piezas ornamentales, obras de Olaia, artesana de estilo definido con un optimismo latente en cada una de sus piezas.
Los alicates de Olaia son la prolongación de sus manos. Con destreza y mucha seguridad, el acabado de sus obras resulta implecable y acertado.
Olaia estudió Bellas Artes en la UPV (Universidad Pública Vasca) y allí conoció el aluminio, un flechazo que acabó en una fantástica relación entre ambos. Olaia lo ha ido conociendo poco a poco a través de la experimentación con colores y formas. El entendimiento ha sido mutuo ya que el metal parece dejarse moldear grácilmente al antojo de la creativa.
El color vibrante y luminoso del aluminio se convierte en las manos de Olaia en preciosas piezas ornamentales que reflejan una pasión innata por el oficio artesanal y un maravilloso sentido estético.
La geometría, a veces simétrica, otras veces perfectamente disparatada, está presente en casi toda la colección.
La armoniosidad de las tonalidades cromáticas es otro de los secretos del éxito de la firma. La luminosidad de los colores usados por Kiribiltxo y el equilibrado contraste tonal son un auténtico deleite para la vista.
El trabajo de Kiribiltxo es un buen ejemplo de firma joven que se atreve con algo distinto, sin miedo a los retos, ofreciendo piezas originales, rebosantes de buen humor, con un diseño fresco y alejado de las producciones industriales.
Aunque Kiribiltxo existe hace tiempo, su presencia en la red tiene año y medio con una web-catálogo donde podemos ver las piezas de la firma pero también comprarlas. Merece la pena hacerle una visita.
